viernes, 28 de agosto de 2015

Verdades que duelen

Un ticket de avión con destino a esas personas que no me abandonarán, aquellas que seguirán a mi lado pase lo que pasé. Proclamo que me encantan los cambios, que soy una adicta a ellos, sin embargo, la verdad es , que, me asustan, me asusta el saber que puede que esté cometiendo uno de los peores errores de mi vida. Puede ser que lo que esté mal en mi sean mis expectativas, espero demasiado de todo, esperanzas muy altas para encontrarme una versión demasiado barata  de ellos como para ser comparable,.A veces, encuentro lo que había estado buscando para que  luego la distancia se lo lleve.
De todos los quiero, a lo mejor el que más verdad es, es que quiero ser yo misma. No necesitar esconder partes de mi personalidad como una imperfección de la piel. Posiblemente salguien que fuese capaz de ver a través de las fachadas, que fuese capaz de venir y abrazarme cuando parece que más brilla mi sonrisa porque sabría que estoy fingiendo, fingiendo estar contenta, entretenida, no herida, no desesperada.


Harta de que la sociedad solo vea lo que quiere ver, quiero coger la borrachera del siglo, con solo la intención de ser capaz de escupir le al mundo todo lo que pienso de su estúpido programa de castas, que aunque dicen que está abolido ya, patea mi confidencia cada vez que hace acto de presencia.

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