sábado, 30 de marzo de 2013

Vuelven los recuerdos, una señal de lo que soy, de lo que no podré cambiar, los pilares de mi misma.

Vuelven los recuerdos, una señal de lo que soy, de lo que no podré cambiar, los pilares de  mi misma.
Es algo que no se borra, no se compra ni se vende y tampoco se sobrescribe, único y especial. Quien viera cuanto camino he recorrido ya, aunque el final aún parece quedar lejos. Cuantos borrones he hecho por no utilizar lápiz, cuantas veces el camino me ha traicionado, todas las veces que tropecé, mi cuerpo es un cuadro de cicatrices, guerras internas y externas. Batallas legendarias e inolvidables.
Cada persona que ha pasado por mi vida ha sido un fantástico regalo, y puede que no todas fueran personas maravillosas  porque podría decirse que de esas queda pocas, pero me han enseñado un montón de cosas que de otra forma a lo mejor hubiesen pasado desapercibidas.
Por todo esto esta entrada va dedicada a cada una de ellas, porque me han hecho indestructible, perseverante, porque me enseñaron a ser tal y como soy. En especial se lo dedico a aquellas personas que no dejaron que me perdiese a mi misma en los acontecimientos .

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