domingo, 28 de diciembre de 2014

Mantándo pesadillas

Empecé a escribir para desahogarme, encontré la paz, el off de la realidad, me di cuenta que contando mis penas se volvían menos penas, ¿porqué escribirlas?, porque nadie te juzga, no sientes como si al escucharte te estuvieran haciendo un favor, la gente que te lee puede que no lo entienda pero eso nos da igual, la mayoría de los escritores escriben para ser leídos, aspiran a la fama que posiblemente solo 1 de cada 100 encuentren, yo, en cambio, encuentro en el silencio, en la soledad, en dejar los sentimientos anclados en palabras, la libertad, como ya he dicho, parece que las penas se vuelven algo más ligeras.


Hace mucho que no escribo, pero no creo que sea por pereza, creo que empecé a escribir cuando me encontraba hundida, sin saber por donde seguir o a quien preguntar la dirección, ahora parece que he encontrado una luz, eso no quiere decir que no haya momentos tristes, porque los hay, porque soy humana y a veces con demasiada mala suerte. Sin embargo es como si hubiese encontrado otra forma de enfocar mis problemas. He vuelto, quizás para quedarme o solo es un capricho del destino.
Solo sé que había olvidado que abandonar una par de palabras podía hacerme sentir tan viva.

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