He visto tantas de tus sonrisas, que en algún momento empecé a pensar que eran todas mías y ahora me doy cuenta de que ninguna me pertenecía, creí leer en tus ojos lo que pensé que era reciprocidad pero todo fueron casualidades. Mi mente nublada y un destino travieso.
Al principió pensé que no era nada y ahora me encuentro confinada en un círculo contante de mariposas y lágrimas. Olvidar duele tanto....
Soy un te quiero esperando un también que nunca llega
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