miércoles, 11 de julio de 2012

Adiós

Corren por sus mejillas pequeños remansos  de mar, símbolo de un corazón partido. Sus ojos color esmeralda están apagados y sin vida, perdieron su brillo con aquella dulce muchacha que murió aquella oscura noche de verano.
Se despide de ella, esa joven que todos los días sonreía dándole celos a la propía alegría, la que un día fue ella misma, chica inmadura, a tenido que crecer de golpe, entender la situación y adaptarse a ella; como todos hemos hecho alguna vez. Sus recuerdos, su futuro, su mundo ya no es el mismo, ya nada podrá volver a ser igual . Porque con esa última margarita, tirada al océano, esta chica desapareció.
Madurar  aquella sensación de ser engullido por los acontecimiento.

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