miércoles, 19 de junio de 2013

Desesperación al final.

Sabor agrio de una historia que no pudo lograr el final feliz, angustia en la garganta, lágrimas al borde de los ojos, tu respiración irregular. La tristeza te inunda.
Siempre supiste que este era el mejor final, que una historia jamás puede ser perfecta. Y aún así siempre esperaste algo más. Que estúpida. 
La realidad de este mundo es la que ves reflejada a través de esa historia que nos contaba la abuela, aquella en la que el amor como el fuego se apagó y aunque siempre quedaron cenizas, estas las acabo separando el viento.

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