La sociedad en la que vivimos me ha enseñado a disfrazarme, a vivir la vida que ellos han elegido para mi, a hacer lo que se supone que debo hacer. Puedo seguir sus reglas pero jamás jugaré su mismo juego. Siempre hay dos opciones, la buena y la mía.
Siempre he pensado que si mi familia y mis amigos lo dicen es porque será correcto pero... y si se equivocan, y si nunca he valido para esto y si mi camino no es un sendero y si mi destino es la lucha.
Pues lucharé
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